Duplicidad de una
La sustancia estrenó en este 2024 revolucionando la cartelera con una propuesta de body horror protagonizada por Demi Moore.
Elizabeth Sparkle siempre fue una mujer deseada. Su cuerpo la hizo famosa y ahora, de grande, tiene un programa de aeróbicos. Un día cumple 50 y el productor le dice que ella ya sabe como es: a los 50 todo se detiene.
En ese momento de debilidad, aparece una posible solución. ¿Qué tal si te dieran la opción de ser una mejor y más joven versión de vos cada siete días; si con solo una inyección volverías a tener el mundo a tus pies?
Así empieza La sustancia.
Una inyección te puede cambiar la vida.
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Una celebridad en declive decide usar una droga del mercado negro: una sustancia que replica células y que temporalmente crea una versión más joven y mejor de sí misma.
Aceptar la edad y sus efectos se vuelve más difícil cada vez en la sociedad en la que vivimos. Dirigida por Coralie Fargeat, La sustancia, se adentra en la vida de esta mujer que cumple cincuenta y estuvo en la cúspide por su físico y ahora se ha convertido en deshecho de la industria. Están buscando alguien más joven y muy parecido a ella para que la sustituya.
Luego de ser triplemente golpeada, moralmente: le dicen que está vieja y la despiden; anímicamente: cumple sus cincuenta años; físicamente: tiene un accidente de tránsito; toca fondo. Es entonces que se le ofrece una solución mágica, un antídoto para ser joven por unos días. Las advertencias están claras pero la ambición y el sufrimiento que está atravesando la hacen tomar la decisión. ¿Que todo puede salir mal? Sí, poco más que lo sabemos desde el comienzo. Referencias a las instalaciones del Hotel Overlook de The Shining (tapizado similar, largos pasillos, colores fuertes), se suman a las pistas de lo que nos espera. Entonces se establece un drama psicológico exacerbado por uso de colores brillantes, de lentes gran angulares que hacen más grotesco lo grotesco, y maquillaje que potencia las fisonomías de los protagonistas. Y recursos cinematográficos que resaltan esos rasgos grasientos y brillantes de pieles de publicidad.
Queda entonces establecida la premisa. La crisis es dejar de ser joven y bella para ser querida por los demás, y volverse desechable. La solución parece eficaz - si sucede lo que promete -: crea una versión mejorada y sobre todo joven de ella misma. Esto lo logra esta vacuna mediante una duplicación celular; es decir, hay algo del contenido original - la matrix - que permanece en la nueva creación.
Así se define la la dicotomía que la película plantea como denuncia del tiempo en el que vivimos. Es una dicotomía que Elizabeth Sparkle padece internamente, que se exterioriza con la existencia del other self (el otro sí mismo) y que la termina hundiendo en un fondo aún más profundo de lo que parecía posible.
Esta crítica sobre lo que implica ser joven hoy como sinónimo de todo lo que está bien. No solo en la industria de Hollywood, no solo en Estados Unidos, no solo en algunos sectores de la población que pueden acceder a drogas para mantenerse más jóvenes, sino en la sociedad occidental entera que está intentando hacer lo posible por no aceptar el paso de la edad. Filtros de aplicaciones, correctores de arrugas, operaciones quirúrgicas, todo esto para mantenerse atractivo, deseado, querido.
Porque así como ser joven es atractivo, ser viejo es terrible. Las personas mayores a menudo se olvidan, no se quieren ver porque son reflejo del paso del tiempo y aparecen marcas consideradas desagradables.
Esta dicotomía está trabajada a lo largo de la película en varias situaciones; además de internamente, ahora con la duplicidad entre Elizabeth y Sue. La vieja y la joven, la fea y la linda, la desechable y la querida, la que no puede hacer más nada para volver atrás y la que hace todo lo posible por conquistar.
Hay una escena clave - congruencia narrativa aparte - en la que ambas caras de esta misma moneda se miran a los ojos. El doblez se hace más visible, y la distancia, más profunda. La decisión de parar estuvo y no se la tomó, se le volvió en contra. Una decisión más que en vez de mejorar las cosas, las termina arruinando; porque sigue pensando igual: quiere ser querida, aunque le cueste la vida. No importa nada más.
Si bien existe el doblez, está el permanente recordatorio de una advertencia: SOS UNA. Parecen, y parecemos, olvidarnos que en realidad nacen de la misma célula y una depende de la otra (la película se olvida un poquito también). Por lo que, si en realidad es una, constantemente a quien se está haciendo daño es a ella misma.
Es en este sentido que la película castiga a la protagonista porque sigue sin aprender qué debería ser lo importante y cada vez sigue llegando a un fondo más profundo. Para esto, Coralie Fargeat se termina valiendo no solo de lo grotesco, y lo grosero, y el horror, sino también del body horror, en un intento de satirizar y llevar a un extremo su punto planteado. Así intenta crear una catarsis que parece más un baño de sangre de placer por el placer mismo de filmar algo así, que efectivamente necesario para construir la historia.
La substancia estrenó este año en el Festival de Cannes de este año y Coralie Fargeat recibió el premio a Mejor guión. Actualmente, está disponible en salas de cine y en MUBI.
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LISTA DE LA SEMANA
Para muchas de sus películas, Letterboxd tiene una oferta de películas similares. Te dejamos esa lista para que puedas elegir qué más ver en estos días.
SOBRE LA PELÍCULA
Demi Moore estuvo haciendo una serie de entrevistas a propósito de la película. Aquí te dejamos una de ellas en el Late Show de Seth Meyers.
La Sustancia iba a proyectarse en el festival polaco de Camerimage y fue retirado por la directora ya que el director del festival hizo comentarios pocos acertados sobre la participación de directoras y directoras de fotografía mujeres en la programación del festival.
Hilary Lewis
NOTICIAS
Paul Mescal, conocido por Normal People, quien acaba de estrenar Gladiador II en salas, estrena en Broadway. Participará de Un tranvía llamado deseo la próxima temporada.
Finalmente, estrenó Emilia Pérez, otra película que ha dado que hablar desde su estreno en Cannes.
QUÉ VER
- EN EL CINE: La habitación de al lado, Pedro Almodóvar (2024).
- EN PLATAFORMAS: La conversación, Francis Ford Coppola (1974). Hace un tiempo hablamos de ella en Las piezas del puzzle.
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Lu Moreira
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